Elaborando tu licor de miel casero

Quería esperar a tener la cámara a mano para poner una foto del resultado, pero como no se qué escibir, tocará este tema. Ya hablamos sobre recetas de bebidas en la sección de coctelería y también os expliqué cómo aplicarle un delicioso licor de chocolate casero, pero ahora lo que toca es hablar del licor de miel, mi último experimento.

La idea original era hacer ronmiel casero, pero no tenía a mano ninguna botella de ron, por lo que opté por usar aguardiente blanca. Hice dos pruebas: una con miel de romero y otra con miel de brezo. Tras catar ambas pruebas la de romero, al ser una miel más suave, provoca que el sabor del aguardiente esté tal vez demasiado en primer plano, por lo que en futuras elaboraciones creo que apostaré siempre por el brezo, o cualquier otro tipo de miel oscura, fuerte y de sabor amargo. Además, que de color también queda mejor con brezo, con romero parece agua sucia.

Vamos con la lista de ingredientes:

  • Litro y medio de caña blanca (aguardiente, orujo blanco… son sinónimos)
  • 700 gramazos de miel (como ya dije, cuanto más amarga, fuerte y oscura… mejor!)
  • Tres ramitas de canela
  • La cáscara de medio limón (sin la parte blacuzca, que amarga, sólo el amarillo)

La elaboración es simple. Pon en un cazo medio vaso de agua , la canela y el limón y deja que caliente hasta la ebullición. Cuando esté burbujeante y aromatizada añade la miel (puedes calentarla un pelín en el horno antes, para que esté líquida, que en invierno puede ponerse como una piedra por el frío) y caliente revolviendo. Si ves que sigue muy densa añade un pelín más de agua, pero no te pases con el H2O. Deja enfriar, revolviendo un poco y cuando esté a temperatura ambiente mezcla el aguardiente con ella. Luego simplemente embotéllala y a la nevera a reposar tres o cuatro días.

Como chupito fresquito está fetén, ya verás.

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